miércoles, 9 de marzo de 2011

Las preguntas...
tantas veces sin respuestas...
abarcando en su parte, lo inevitable
lo que no se transita
Viendo, sin querer, al sol y a la luna
a las estrellas... quizá a la tierra.

Invoco a alguien, o algo
un lucero
una flor; a un aroma
así perfumo mi alma sin espejo
y contrato a otra mejor de la que poseo
y así juntar o aferrar
dos semejanzas extrañas, posiblemente compatibles.

Son todas las veces existentes
en la tranquilidad de las palmeras
que rodean la vista temida de mi cara.

Labios... profundos...
sedientos de algo
constituido de pasión, aliento, susurros,
y que tu cuerpo vuele hacia atrás
suponiendo que hallarás en él
un extasis de transparencia
y hojas de primavera...

En la lentitud de la vida
todo marcha raro
incluso, árido...
creyendo que transmite soplos de aire
con mala penetración,
llegando a equivocarse...

... Y lo que estuvo por tanto tiempo bregando
se somete a un juicio bajo lo inconsebilbe
de la apariencia estúpida de un silencio...

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